NANOOK
EL ESQUIMAL; LOS ORÍGENES DEL CINE ETNOGRÁFICO
Nanook, el esquimal:
En el siglo
XXI no se puede ser un buen antropólogo si no se sabe utilizar las herramientas
audiovisuales. Y no se puede ser un buen comunicacdor si no se tiene una mirada
antropológica de la realidad social.
Para iniciarse
en el mundo de la antropología audiovisual que mejor que ver y analizar el que
es considerado como primer documental etnográfico de la historia: Nanook, el esquimal (Nanook of the North).
En 1926 el
director de cine Jhon Grierson utilizó por primera vez el termino “documental” al referirse a la película Moana,
de Flaherty, sobre la cual dijó: "desde luego Moana (1926) aún siendo una
recopilación visual de eventos de la vida cotidiana de un joven polinesio y su
familia, tiene un valor documental.” (En John Grierson, “Flaherty's
Poetic Moana” in Lewis Jacobs (ed.), The Documentary Tradition. New York:
Norton and Co., p. 25). Desde entonces el termino documental fue utilizado para
definir a las peliculas que de un modo creativo aportan información sobre la
vida y costumbres de determinadas pueblos o comunidades. En este sentido
Grierson, escribió:
“El documental no es más
que el tratamiento creativo de la
realidad. De esta forma, el montaje de secuencias debe incluir no sólo la
descripción y el ritmo, sino el comentario y el diálogo” (idem)
Robert
Flaherty pasó prácticamente dos años y medio conviviendo con un cazador y
pescador, Nanook (su verdadero nombre era Allakariallak), y con su
familia. Antes ya había vivido en la zona (haciendo prospecciones geológicas en
los yacimientos mineros de la bahía de Hudson para la Fundación Mackenzie), e
incluso había filmado, animado por el propio Mackenzie, más de 10.000 metros de
película (que se destruyeron en un incendio). El accidente, no obstante, no le
contrarió mucho, ya que no estaba del todo satisfecho con el trabajo realizado.
Se dio cuenta que no estaba estructurado y que no podía dar forma a lo grabado
en la sala de edición. Por eso cuando volvió planificó junto con Nanook lo que
se grabaría.
En el
documental, Flaherty no muestra la vida de los esquimales tal y como él la
veía, sino que intentó mostrar como su modus vivendi antes de ser colonizados
por la cultura occidental (Flaherty no era antropólogo). Según él, sus
intenciones eran “mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas
mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no
sólo su cultura, sino también el pueblo mismo".
Flaherty
muestra la capacidad de adaptación del ser humano y su audacia para sobrevivir
en el Ártico; lo fundamental para Flaherty era captar la esencia de estas
personas y transmitirnos su espíritu, al igual que el de la humanidad
representada en Nanook y su familia. El objetivo del director fue reflejar las
antiguas costumbres de los inuits antes de la llegada del hombre blanco, y para
conseguirlo reconstruyó fílmicamente algunas de estas tradiciones junto con
Nannok.[i]
Flaherty pasó de la observación a la “puesta en escena”,
no se contentó con registrar la cotidianidad de sus protagonistas, sino que
realizó una obra lírica reconstruyendo la forma de vida ancestral de los inuit.
En la película hay una progresión argumental, comienza con imágenes divertidas
y anecdóticas de la familia de Nanook y paulatinamente refleja en el documental
la dureza de sus vidas.[ii]
Flaherty
es considerado como el padre de la primera película etnográfica y autor del
primer documental con estructura narrativa. La construcción fílmica fue
influenciada por el pionero del cine de ficción David Griffith; un ejemplo de ello es el montaje paralelo de la
secuencia de la construcción del iglú.[iii]
Este tipo de lenguaje visual-narrativo ofrece una dinamicidad inédita hasta
entonces. Lamentablemente durante muchos años este modelo de construcción
argumental fue criticado y abandonado por los antrpopólogos que utilizaron las
herramientas audiovisuales en sus investigaciones.
En la
secuencia del iglú, podemos observar un montaje paralelo entre la construcción
y las acciones de los niños y de la compañera de Nanook. Esto hace que el ver
la construcción del iglú no sea algo aburrido y además, ofrece al espectador el
doble de información. Esta secuencia también es famosa porque el iglú no se
construyó por completo. Así se pudo introducir la cámara y llegaba la luz
natural necesaria para filmar. Esto es una muestra de lo que se dijo anteriormente:
El autor pasa de la observación a la "puesta en escena”.
Flaherty
adoptó un modo de trabajar, único hasta entonces, basado en la colaboración
entre el director y los protagonistas; en vez de hacer una película sobre
Nanook, Flaherty realizó una película con Nanook. Años más tarde, el
antropólogo Luc de Heush definió esta metodología como cámara participante (Rouch 1975). Para el antropólogo Jean Rouch. las bases de esta cámara participante
fueron la propuesta cinematográfica de la puesta en escena —mettre en scène la réalité— y la colaboración de Flaherty con Nanook (Ardèvol 1994: 90).
“Siempre ha sido importante para mi ver
mi rodaje -es la única forma en la que pudo hacer una película-, pero
otra razón para revelar la película en el norte era proyectarla a los
esquimales de manera que ellos pudieran entender y aceptar lo que estaba
haciendo y trabajar conmigo como colaboradores (…) Cuando es dije que iba a
pasar un año con ellos para hacer una película sobre sus vidas, que serían
retratos en los cuales ellos se moverían, rieron con ganas…”.
“Para empezar algunos de los inuits ni
siquiera sabían interpretar una fotografía. Hice varias fotografías
previas al rodaje. Cuando se las mostré las miraban de arriba a bajo y de abajo
a arriba. Tuve que coger las fotografías de sus manos y llevarles a un espejo
que había en mi cabaña, entonces les hacía mirarse a si mismos y colocar las
fotografías al lado de sus cabezas. Entonces, con una sonrisa de oreja a oreja
entendieron.” ( Flaherty, A propósito de Nanook, of the North, en Lewis Jacobs,
The emergence of film art, 1969:73).
Lo que hay que
tener en cuenta es, por un lado, que Flaherty no describe, sino que construye,
y por otro, que hacer cine etnográfico no es grabar acciones, lugares o
personas, sino elaborar una explicación o interpretación de los hechos sociales
y culturales.
Como profesor de antropología audiovisual y siguiendo las enseñanza de
Flaherty y Nanook, que durante muchos años fueron ignoradas por la antropología
positivista, a mis alumnos propongo el cine etnográfico compartido, ya que
potencia la revalorización de las tradiciones culturales, la autoestima y la
identidad de una comunidad. A través de esta metodología, el
realizador y los protagonistas se conocen, se reconocen, aprenden y construyen
de manera compartida, a lo largo de todas las etapas de la investigación y de
la difusión del estudio, desde el trabajo de campo, hasta las proyecciones y
las publicaciones de los vídeos en internet.
Casi un siglo
despues, el legado de Flaherty y Allakariallak sigue más vigente que nunca.
[i]
Se puede ver un ejemplo a partir del minuto 20´00´´: https://www.youtube.com/watch?v=_f8J9NRchOE
[ii]
Se puede ver un ejemplo a partir del minuto 2’54’’: https://www.youtube.com/watch?v=_f8J9NRchOE
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